La ciudad de Alcalá de Henares volvió a convertirse en epicentro cultural de la Comunidad de Madrid gracias a su multitudinaria Noche en Blanco, una edición que reunió a más de 60.000 personas en más de 150 actividades repartidas por espacios históricos, plazas y parques. Una jornada que reafirma a Alcalá como referente en la fusión de patrimonio y participación ciudadana.
El gran ambiente generado, la alta participación ciudadana y la implicación de numerosos colectivos y entidades complutenses avalan el rotundo éxito de esta edición, que ya ha sido reconocida como producto turístico estratégico dentro de la Estrategia 2023–2026 de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid.
Apoyo institucional y compromiso ciudadano
La jornada contó con un respaldo institucional amplio y significativo, que refleja la importancia del evento para Alcalá de Henares y la Comunidad de Madrid en general. La alcaldesa Judith Piquet resaltó la colaboración estrecha entre las instituciones públicas y privadas para hacer posible esta cita cultural de gran impacto, subrayando la importancia del trabajo conjunto para consolidar la Noche en Blanco como una iniciativa emblemática. Además, quiso agradecer a los trabajadores municipales y voluntarios por su dedicación y esfuerzo, elementos clave para garantizar el éxito de la noche. La masiva participación de los vecinos, que recorrieron las calles, plazas y espacios emblemáticos de la ciudad, demostró un fuerte compromiso ciudadano. Una respuesta entusiasta que se tradujo en una celebración plural, que supo integrar a públicos de todas las edades.

Una ciudad que se transforma por una noche
Durante toda la noche, miles de personas recorrieron un itinerario cultural que incluyó espacios como la Plaza de Cervantes, la Ciudad Romana de Complutum, el centro comercial Quadernillos, la antigua Fábrica GAL, el parque O’Donnell y el barrio de San Isidro. Las calles del Casco Histórico fueron protagonistas, con museos abiertos, actividades familiares, espectáculos al aire libre y una variada oferta gastronómica que atrajo tanto a vecinos como a visitantes. La Plaza del Ritmo, instalada en la Plaza de Cervantes, fue uno de los espacios más concurridos, especialmente por el público joven, y contó con una pantalla gigante para seguir la final de Eurovisión, cortesía de RTVE. También destacaron las actividades en la renovada Plaza de San Lucas y la Plaza de la Paloma, espacios que han mejorado su funcionalidad y sostenibilidad ambiental gracias a los Planes de Sostenibilidad Turística.
Uno de los momentos más simbólicos de la noche fue la recuperación del Patio de Armas del Palacio Arzobispal como escenario cultural. Allí se celebró el espectáculo “Un piano y dos mil velas”, que logró llenar el aforo y dejó imágenes inolvidables para todos los asistentes. Decenas de personas siguieron el concierto desde el exterior, atraídas por la atmósfera mágica que creó la iluminación con miles de candelas en un entorno patrimonial emblemático. Este evento marcó la vuelta de este espacio histórico a la vida cultural de la ciudad, que continuará con el próximo Festival de Teatro Hispanoamericano del Siglo de Oro, consolidando así la vocación de Alcalá como centro cultural de referencia.

Rumbo a 2026 con más cultura y patrimonio
Con el éxito logrado en esta edición, la organización ya ha anunciado la fecha para la próxima Noche en Blanco, que se celebrará el sábado 16 de mayo de 2026. El objetivo es continuar creciendo y consolidar esta cita como un espacio privilegiado de encuentro entre patrimonio, cultura y ciudadanía. La experiencia acumulada, junto con el compromiso institucional y el entusiasmo de los vecinos, permitirá seguir potenciando un evento que combina el respeto por el patrimonio con la innovación cultural y la participación activa. Alcalá de Henares ha demostrado ser una ciudad que sabe celebrar y vivir su historia de manera plural.